Las hortalizas tienen muchas preparaciones, pero a mi particularmente me gustan rebozadas. Y especialmente me gustan los calabacines por lo suaves que quedan y el sabor tan dulce que tienen.
El rebozado les aporta proteínas e hidratos de carbono así que los puedes poner como un primero al mediodía o como plato único en la cena. Acompañados de una salsa fresca de tomate están deliciosos, pero también los puedes sevir acompañados de tomate frito y mayonesa.
Ingredientes
1/2 calabacín por persona
1 o 2 huevos (depende de la cantidad de calabacín a rebozar)
harina
sal
aceite de oliva
Preparación
Lavamos a conciencia los calabacines, les quitamos los extremos y los cortamos en rodajas. Los dejamos reposar sobre un papel de cocina para eliminar la humedad.
Enharinamos las rodajas y las sacudimos para eliminar el exceso de harina. Batimos el huevo y rebozamos las rodajas.
En una sartén ponemos abundante aceite a calentar, y cuando esté caliente, freimos las rodajas de calabacín, echando pocas de cada vez, para evitar que se peguen y apelmacen. Las freimos a fuego medio para que se hagan bien por dentro. Cuando estén doraditas las apartamos del fuego y las dejamos reposar en papel absorbente para eliminar esta vez el exceso de grasa. Espolvoreamos sal al gusto y está listo para servir, acompañados de la salsa que más te guste.
Rápido, Fácil y Rico ¿que más se puede pedir?
El rebozado les aporta proteínas e hidratos de carbono así que los puedes poner como un primero al mediodía o como plato único en la cena. Acompañados de una salsa fresca de tomate están deliciosos, pero también los puedes sevir acompañados de tomate frito y mayonesa.
Ingredientes
1/2 calabacín por persona
1 o 2 huevos (depende de la cantidad de calabacín a rebozar)
harina
sal
aceite de oliva
Preparación
Lavamos a conciencia los calabacines, les quitamos los extremos y los cortamos en rodajas. Los dejamos reposar sobre un papel de cocina para eliminar la humedad.
Enharinamos las rodajas y las sacudimos para eliminar el exceso de harina. Batimos el huevo y rebozamos las rodajas.
En una sartén ponemos abundante aceite a calentar, y cuando esté caliente, freimos las rodajas de calabacín, echando pocas de cada vez, para evitar que se peguen y apelmacen. Las freimos a fuego medio para que se hagan bien por dentro. Cuando estén doraditas las apartamos del fuego y las dejamos reposar en papel absorbente para eliminar esta vez el exceso de grasa. Espolvoreamos sal al gusto y está listo para servir, acompañados de la salsa que más te guste.
Rápido, Fácil y Rico ¿que más se puede pedir?
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