¿Os ha pasado alguna vez que os de pereza cocinar lo de siempre, incluso cuando es un plato que bordas y que te sale bien hasta mirando el whatsapp?. Eso exactamente me pasó a mi con las chuletas de cerdo; tenía dos o tres formas de preparar las chuletas -variaciones suficientes para mis degustadores oficiales- pero estaba bastante aburrida de repertirlas sistemáticamente, así que un día me puse a hojear mis libros y revistas, en busca de una nueva delicia culinaria que ofrecer en mi mesa. Y hete aquí que encontre una receta que me gustó bastante, en el clásico libro de la sin par Simone Ortega, 1080 recetas de cocina.
Y ni corta ni perezosa me puse a probarla. Desde entonces hasta ahora, han pasado ya unos meses, y como todas las recetas de prestado, termina no siendo fiel al original y conteniendo sus propios truquillos. Aquí os dejo mi adaptación de las Chuletas de cerdo con salsa de cebolla y mostaza.
Primero, vídeo:
Ahora lectura:
Ingredientes
1 o 2 chuletas de cerdo por persona (dependiendo del tamaño)
1 cebolla
2 cucharadas soperas y generosas de mostaza
1 vaso de vino blanco
1 vaso de caldo
aceite de oliva
1 cucharada de harina
1 cucharadita de miel
Preparación
En una cacerola ponemos aceite a calentar y doramos las chuletas muy bien por ambos lados. Cuando estén doradas las sacamos de la cacerola y las reservamos.
Pelamos, lavamos y picamos la cebolla. La sofreimos en el mismo aceite que hemos hecho las chuletas. Cuando está dorada, agregamos la cucharada de harina y cocinamos con la cebolla. Añadimos el vaso de vino y dejamos que hierva hasta que se consuma.
Cuando el vino ya se ha evaporado añadimos la mostaza, la miel y el caldo y mezclamos todo muy bien. Pasamos por la batidora para dejar la salsa bien fina y volvemos a poner chuletas y salsa, todo junto, y dejamos hervir que se cocine todo junto a fuego lento durante unos cinco o diez minutos.
Después podemos servir.
Prepara pan, porque te van a dejar los platos limpios.
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