Hay un refrán o dicho popular que dice que la mejor manera de conquistar a un hombre es por el estómago que viene a decir que a poco que sepas cocinar, tendrás a tu principe azul para toda la vida.
Sin querer quitarle razón a la sabiduría popular, no creo que esto tenga mucho fundamento, aunque cada vez que mi madre le ponía esta ensalada a mi entonces novio hoy marido me hacia dudar de si sería verdad, porque él se chiflaba por el asadillo de pimientos.
La verdad es que cada vez que pongo asadillo, bien como guarnición o ensalada, tiendo a recordar con cariño como la hacía mi madre, y con que disposición prendía el horno porque su "yerno" venía al día siguiente y queria agasajarle con su asadillo. Va por ella (y por nosotros).
Ingredientes
2 o 3 pimientos rojos morrones grandes
aceite de oliva
2 o 3 dientes de ajo
sal
Preparación
Precalentamos el horno a 180-200 º.
Lavamos bien los pimientos, los secamos, y los pintamos bien con aceite de oliva. Los colocamos en un recipiente apto para el horno y los ponemos a asar durante unos 20-30 minutos, y cuando estén bien asados los sacamos y los dejamos enfriar.
Mientras se están asando-enfriando los pimientos preparamos el aceite para macerar. Pelamos los dientes de ajo, los partimos en láminas y los sumergimos en un par de cucharadas de aceite de oliva.
Una vez que están frios los pimientos, les retiramos la piel y los cortamos en tiras. En un recipiente colocamos en pimiento troceado, añadimos una pizca de sal y regamos con el aceite y los dientes de ajo.
Lo dejamos macerar un par de horas en la nevera como mínimo -y allí los conservaremos hasta que vayamos a consumir- y ya tenemos listo nuestro asadillo: ideal en tosta o en ensalada.
Sin querer quitarle razón a la sabiduría popular, no creo que esto tenga mucho fundamento, aunque cada vez que mi madre le ponía esta ensalada a mi entonces novio hoy marido me hacia dudar de si sería verdad, porque él se chiflaba por el asadillo de pimientos.
La verdad es que cada vez que pongo asadillo, bien como guarnición o ensalada, tiendo a recordar con cariño como la hacía mi madre, y con que disposición prendía el horno porque su "yerno" venía al día siguiente y queria agasajarle con su asadillo. Va por ella (y por nosotros).
2 o 3 pimientos rojos morrones grandes
aceite de oliva
2 o 3 dientes de ajo
sal
Preparación
Precalentamos el horno a 180-200 º.
Lavamos bien los pimientos, los secamos, y los pintamos bien con aceite de oliva. Los colocamos en un recipiente apto para el horno y los ponemos a asar durante unos 20-30 minutos, y cuando estén bien asados los sacamos y los dejamos enfriar.
Mientras se están asando-enfriando los pimientos preparamos el aceite para macerar. Pelamos los dientes de ajo, los partimos en láminas y los sumergimos en un par de cucharadas de aceite de oliva.
Una vez que están frios los pimientos, les retiramos la piel y los cortamos en tiras. En un recipiente colocamos en pimiento troceado, añadimos una pizca de sal y regamos con el aceite y los dientes de ajo.
Lo dejamos macerar un par de horas en la nevera como mínimo -y allí los conservaremos hasta que vayamos a consumir- y ya tenemos listo nuestro asadillo: ideal en tosta o en ensalada.